“Gracias por darme estas llaves. Soy desplazada”

Ávila entregó ayer otra vivienda a una familia que en 1987 tuvo que dejar su lugar de origen huyendo del conflicto armado.

Rodrigo Ávila tuvo ayer una apretada agenda de trabajo en su ruta por atraer más votos a su candidatura presidencial: el aspirante llegó a las ciudades de Santa Ana, San Juan Opico y Colón (La Libertad) y visitó dos zonas francas ubicadas en el occidente y centro del país.
El candidato presidencial de ARENA, en Santa Ana, participó junto a su compañero de fórmula, Arturo Zablah, en un encuentro con pastores y líderes de iglesias cristianas-evangélicas. La actividad política-religiosa fue auspiciada por el alcalde democristiano santaneco, Orlando Mena.
Ávila durante el encuentro hizo compromisos con los religiosos: incluirlos en su gabinete, crear un régimen de seguridad social para pastores y el establecimiento, por decreto Ejecutivo, de la lectura obligatoria de la Biblia en escuelas públicas. Ávila y Zablah posteriormente participaron de una feria del empleo, donde la apuesta del binomio era colocar a unos 1,200 santanecos en las planillas de las empresas que se dieron parte del evento.
El candidato arenero —ya sin la presencia de Zablah— continuó su gira por el municipio de San Juan Opico, donde realizó “un rally presidencial” por las calles y avenidas de la ciudad. Saludos, besos, sonrisas, reparto de camisas, gorras y vinchas dominaron la escena proselitista. 
Ávila concluyó su visita con un mitin, en el cual pidió a los presentes el voto en la elección del 15 de marzo próximo. Junto al candidato estuvieron el alcalde de San Juan Opico, Romeo Barrillas, —a quienes los presentes corearon y le hicieron vivas también— y el diputado electo por el departamento de La Libertad, Eduardo “el Grillo” Barrientos.
El presidenciable arenero luego se dirigió hacia el complejo maquilero American Park, ubicado en el occidente del país, donde inauguró el segundo centro de atención infantil que dará atención médica, educación y cuido a los hijos de los empleados desde los tres meses hasta los seis años de edad. “Este centro es una muestra de la responsabilidad social que las empresas asumen con el desarrollo del país y para favorecer a la niñez y la familia”, expresó el postulado arenero.
Ávila se hizo acompañar de su esposa, Celina, ejecutivos de American Park y de miembros de su equipo de programa de gobierno “País más justo”, entre ellos, el coordinador René León y Rafael Lemus. Con estas actividades había ya consumido las horas matinales del día. La jornada de la tarde también era extensa para el candidato arenero.

La actividad vespertina la inició Ávila en el municipio de Colón, en La Libertad. Ahí entregó una vivienda —la quinta dentro de su programa “Vida nueva”— a la familia Herrera, quien llegó a la zona en 1987 huyendo de los combates que el Ejército y la ex guerrilla libraban en Guarjila, Chalatenango.
Ávila entregó las llaves de la vivienda a Elizabeth Guadalupe Herrera, una mujer que junto a sus hijos y nietos (nueve en total), habían vivido por más de dos décadas en una champa de láminas, por no tener recursos para edificar una vivienda más digna. 
Herrera, quien acompañada de sus hijos y nietos, recibió las llaves del inmueble, no paraba de llorar y de agradecerle el gesto al candidato tricolor. “Gracias por darme estas llaves. Bendito sea Jehová. Gracias don Rodrigo. Yo soy desplazada de la guerra. Me traje a mis hijos chiquitos de un año para acá”, decía la beneficiaria.
ExportSalva, otro complejo textilero del centro del país, era la otra parada de Ávila, luego de haber entregado la vivienda en Colón. En la zona industrial llegó a saludar a ejecutivos de las empresas, a tomarse fotografías y a regalar camisas a los empleados. A las 5 de la tarde, cuando la fuerza laboral del parque industrial había terminado su jornada, las fotografías para inmortalizar el momento y las camisas que promocionan al candidato se iban “como pan caliente” entre los empleados.