El reordenamiento de las ventas informales en las principales calles del Centro Histórico de San Salvador será uno de los grandes retos del alcalde electo. Algunas de sus propuestas coinciden con las sugerencias de los líderes más representativos de los comerciantes, quienes se quejan de no haber sido tomados en cuenta al momento de realizar el plan municipal
Norman Quijano tendrá tres años para ordenar el Centro Histórico de San Salvador, una misión a todas luces complicada. El alcalde electo por la ciudad capital cobrará en mayo próximo la herencia de una desbordante anarquía en términos de ventas informales que ya se apoderó de las principales arterias, aceras y parques del corazón del país.
Transitar en el centro de San Salvador, ya sea en vehículo o andando, se ha vuelto una verdadera proeza. Las aceras y calles están atestadas de ventas y pequeños comercios que florecen interminablemente y que de manera acelerada ha crecido desde la Terminal de Oriente hasta el Hospital Rosales. Son 27 cuadras (creando una línea horizontal desde la estación de autobuses, al margen de vías como la Juan Pablo II, y los alrededores los principales mercados) las que están pobladas por personas que sobreviven del trabajo informal.
Quijano lo sabe y debe responder, no solo a los ciudadanos que lo eligieron, a un creciente auge turístico, a la empresa privada que pretende retornar a un Centro Histórico restaurado. Debe hacerlo también a los mismos vendedores, quienes exigen condiciones favorables para abandonar las calles y establecerse en lugares idóneos y cercanos a las vías que actualmente ocupan.
Para Vicente Ramírez, líder de un sector del comercio informal, cuando Quijano inicie su labor edilicia, trabajarán con la comisión que él designe, y ya tienen algunas propuestas para mejorar la relación con la comuna.
Una de las alternativas, según Ramírez, "es poner a dieta los puestos (reducirlos)", y así agilizar el paso peatonal. De igual manera, están abiertos al proyecto de crear pequeños mercados en antiguos edificios y predios de la ciudad.
"Nosotros estamos más adelantados de lo que Norman piensa. Hemos hablado con el ministro de Turismo (Rubén Rochi), para ver si podemos hacer un corredor turístico, que iría desde la Iglesia El Calvario, Catedral, Parque Libertad, y la Iglesia La Merced, pasando por los portales, dándole vida al Ex Mercado Cuartel", comentó Ramírez, quien también espera créditos de 10 mil a 20 mil dólares para que inicien los comerciantes en pequeño.
"Tenemos gente que está en el sector, pero son micro empresarios. Tienen inteligencia y capacidad. Algunos hasta tienen sus talleres, pero les hace falta la maquinaria y la materia prima", detalló.
Pedro Julio Hernández, otro reconocido representante de los vendedores, enfatizó en las experiencias anteriores, ya que, según él, "se habla de los vendedores, pero a los vendedores no se les toma en cuenta. Sabemos que hay lugares que deben ser ordenados, pero debe ser en función de los mismos vendedores".
"El tema de los vendedores no se puede ver desde el punto de vista cosmético, se debe de ver desde una óptica social. No pueden enviar al suicidio a tanta gente si no tenemos alternativas viables", sostiene Hernández, quien alertó a Quijano sobre una postura directa de sus agremiados: "Si el señor Quijano viene queriendo imponernos, sin presentar alternativas viables, queriéndose meter en problemas con nosotros, desde luego que va a tener problemas. Si él viene a construir, no sólo alternativas que favorezcan a la empresa privada, sino que nos favorezca a nosotros, vamos a trabajar con él", indicó.
Al igual que Ramírez, Hernández coincide en que una alternativa a las ventas en las calles y aceras podría ser los mercados en los predios y antiguos edificios.
Mientras, Quijano considera un acercamiento con la empresa privada para revitalizar el Centro Histórico. Comentó que está sosteniendo reuniones con la ANEP, en busca de un plan de incentivos, para después entablar conversaciones con la gente del comercio informal.
Explicó que en San Salvador existen varios predios y edificios como los ex Cine Apolo y Libertad, que pueden ser convertidos en mercados alternativos. Sobre ello detalló que "hay recursos que el ejecutivo le debe a la alcaldía, y estos inmuebles pueden ser entregados en pago por moras o impuestos vencidos".
"Deben de estar tranquilos, si no tengo alternativas viables, permanentes, no voy tomar medidas. Vamos a empezar a ordenar y a la larga les va a beneficiar. Vamos a iniciar una serie de iniciativas para que el ciudadano vaya al centro de la ciudad", sostuvo.
En resumen, se puede esperar un mejor nivel de comunicación entre ambas partes, pero será un proceso lento y largo para el rescate de calles, aceras y plazas del centro.
Transitar en el centro de San Salvador, ya sea en vehículo o andando, se ha vuelto una verdadera proeza. Las aceras y calles están atestadas de ventas y pequeños comercios que florecen interminablemente y que de manera acelerada ha crecido desde la Terminal de Oriente hasta el Hospital Rosales. Son 27 cuadras (creando una línea horizontal desde la estación de autobuses, al margen de vías como la Juan Pablo II, y los alrededores los principales mercados) las que están pobladas por personas que sobreviven del trabajo informal.
Quijano lo sabe y debe responder, no solo a los ciudadanos que lo eligieron, a un creciente auge turístico, a la empresa privada que pretende retornar a un Centro Histórico restaurado. Debe hacerlo también a los mismos vendedores, quienes exigen condiciones favorables para abandonar las calles y establecerse en lugares idóneos y cercanos a las vías que actualmente ocupan.
Para Vicente Ramírez, líder de un sector del comercio informal, cuando Quijano inicie su labor edilicia, trabajarán con la comisión que él designe, y ya tienen algunas propuestas para mejorar la relación con la comuna.
Una de las alternativas, según Ramírez, "es poner a dieta los puestos (reducirlos)", y así agilizar el paso peatonal. De igual manera, están abiertos al proyecto de crear pequeños mercados en antiguos edificios y predios de la ciudad.
"Nosotros estamos más adelantados de lo que Norman piensa. Hemos hablado con el ministro de Turismo (Rubén Rochi), para ver si podemos hacer un corredor turístico, que iría desde la Iglesia El Calvario, Catedral, Parque Libertad, y la Iglesia La Merced, pasando por los portales, dándole vida al Ex Mercado Cuartel", comentó Ramírez, quien también espera créditos de 10 mil a 20 mil dólares para que inicien los comerciantes en pequeño.
"Tenemos gente que está en el sector, pero son micro empresarios. Tienen inteligencia y capacidad. Algunos hasta tienen sus talleres, pero les hace falta la maquinaria y la materia prima", detalló.
Pedro Julio Hernández, otro reconocido representante de los vendedores, enfatizó en las experiencias anteriores, ya que, según él, "se habla de los vendedores, pero a los vendedores no se les toma en cuenta. Sabemos que hay lugares que deben ser ordenados, pero debe ser en función de los mismos vendedores".
"El tema de los vendedores no se puede ver desde el punto de vista cosmético, se debe de ver desde una óptica social. No pueden enviar al suicidio a tanta gente si no tenemos alternativas viables", sostiene Hernández, quien alertó a Quijano sobre una postura directa de sus agremiados: "Si el señor Quijano viene queriendo imponernos, sin presentar alternativas viables, queriéndose meter en problemas con nosotros, desde luego que va a tener problemas. Si él viene a construir, no sólo alternativas que favorezcan a la empresa privada, sino que nos favorezca a nosotros, vamos a trabajar con él", indicó.
Al igual que Ramírez, Hernández coincide en que una alternativa a las ventas en las calles y aceras podría ser los mercados en los predios y antiguos edificios.
Mientras, Quijano considera un acercamiento con la empresa privada para revitalizar el Centro Histórico. Comentó que está sosteniendo reuniones con la ANEP, en busca de un plan de incentivos, para después entablar conversaciones con la gente del comercio informal.
Explicó que en San Salvador existen varios predios y edificios como los ex Cine Apolo y Libertad, que pueden ser convertidos en mercados alternativos. Sobre ello detalló que "hay recursos que el ejecutivo le debe a la alcaldía, y estos inmuebles pueden ser entregados en pago por moras o impuestos vencidos".
"Deben de estar tranquilos, si no tengo alternativas viables, permanentes, no voy tomar medidas. Vamos a empezar a ordenar y a la larga les va a beneficiar. Vamos a iniciar una serie de iniciativas para que el ciudadano vaya al centro de la ciudad", sostuvo.
En resumen, se puede esperar un mejor nivel de comunicación entre ambas partes, pero será un proceso lento y largo para el rescate de calles, aceras y plazas del centro.
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