Hay momentos de la historia cuando los pueblos se enfrentan a grandes retos. Cuando se toman decisiones colectivas y se emprenden luchas, que luego quedan registradas como grandes gestas históricas.
En 1821, un grupo de patriotas comprendió que había llegado la hora de conquistar nuestra independencia. Que debíamos convertirnos en una República libre, soberana e independiente. Ellos encendieron la chispa de la libertad y ésta se propagó por todo el pueblo. Aquellos próceres apoyados por el pueblo rompieron con el colonialismo y fundaron los cimientos de la República de El Salvador.
En 1932, los comunistas se lanzaron armados sobre varios municipios en el occidente del país, donde cometieron crímenes, violaciones y saqueos. Ellos pretendían convertir a nuestra patria en el primer estado comunista de América. Fueron derrotados.
Pero los rojos nunca han renunciado al objetivo de hacer de nuestra patria, un estado comunista. Nunca. A principios de los ochenta comenzaron otra agresión. Esta vez más sangrienta, más despiadada. Y Otra vez asesinaron, secuestraron, botaron nuestros puentes, incendiaron fábricas y haciendas, ametrallaron vacas, destruyeron nuestra red eléctrica, provocaron lágrimas y dolor en nuestras familias.
Y fue en esos duros años cuando nació, como una luz de esperanza, Alianza Republicana Nacionalista, ARENA.
Y otra vez, como en 1821, un grupo de patriotas encendió la chispa de la libertad. La chispa que contagió a miles de salvadoreños con el ardiente deseo de paz, progreso y libertad. De salvadoreños que dijeron a una sola voz: Patria Si, Comunismo No.
En aquellos duros años a los que gritaban en las montañas consignas de odio y de muerte, les respondimos afirmando que el voto es el arma de los hombres libres. A los que le apostaron a la agresión armada les respondimos luchando de manera cívica. Muchos de nuestros hermanos fueron asesinados en la lucha por la libertad.
Cuando por primera vez ARENA, por voluntad de la inmensa mayoría de salvadoreños, llegó al gobierno, no lo hizo para tomar venganza, no lo hizo para continuar la guerra.
Nosotros no somos guerreristas. ARENA llegó al gobierno para conquistar la paz, para reconciliar a la sociedad, para perdonar, para abrirle la puerta de la lucha civilizada y pacífica a aquellos que se aferraban a la montaña y al fusil.
El primer gobierno arenero, recibió un país en guerra, destruido, desmoralizado, dividido, en ruina económica, aislado del mundo. Pero en 1991, en otra gran gesta histórica, los salvadoreños conquistamos la paz.
Los gobiernos de ARENA reconstruyeron aquel país destruido, lo levantaron de las cenizas, le curaron las heridas, lo pintaron, lo pusieron bonito, lo volvieron líder en la región, y le inyectaron sentido social y humano al ejercicio del poder.
Los 20 años de ARENA han sido el período más largo de estabilidad política y económica en la historia de nuestra patria. Los gobiernos de ARENA han cambiado a El Salvador.
La pobreza ha disminuido, la clase media ha crecido, tenemos las mejores carreteras de Centroamérica, el mejor aeropuerto y los mejores puertos marítimos. Tenemos una de las economías más estables y sólidas de la América Latina.
Somos uno de los países mejor preparados para enfrentar la crisis económica que amenaza al mundo entero.
Pero no vivimos en un paraíso. Hay muchos problemas que resolver. Para mí es inaceptable que todavía haya familias viviendo en champas, que todavía haya familias sin acceso a la energía eléctrica y al agua potable, que todavía haya salvadoreños adultos que no saben leer.
Me propongo, por ello, comenzar desde el primer día de mi gobierno ha trabajar para mejorar la vida de todos los salvadoreños, especialmente de los más necesitados.
Desde el primer día de gobierno trabajaré para llevar la Red Solidaria a 180 municipios y atender las necesidades más urgentes de los que menos tienen.
Vamos a llevar los servicios de salud hasta el último rincón del país. Ampliaremos FOSALUD y voy a impulsar la ley de medicamentos genéricos para bajar los costos de las medicinas.
Construiremos nuevos distritos de riego en todo el país y fortaleceremos el programas agrícola Semilla Mejorada para beneficiar a los agricultores.
Vamos a construir miles de casas para las familias que aún viven en humildes champitas.
Abriremos centros de atención infantil para que los niños estén bien cuidados y sus padres puedan trabajar tranquilos.
Generaremos oportunidades para los jóvenes con becas y con el programa mi Primer Empleo.
En una alianza con el sector privado vamos a generar miles de puestos de trabajo, porque estoy convencido que la generación de empleos es la mejor política social. Estas son medidas urgentes que comenzaremos a desarrollar desde el primer día de gobierno.
La seguridad pública y ciudadana será una enorme prioridad en mi gobierno, pues soy un convencido que la seguridad es indispensable para alcanzar el desarrollo.
Pero para que todo esto sea realidad, los salvadoreños tenemos que superar otro gran reto en nuestra historia. Y lo haremos así como ocurrió en 1821, en 1932, en 1980 y en 1991. Debemos derrotar en las urnas a los que quieren llevarnos por el camino del tristemente célebre socialismo del siglo XXI, que no es otra cosa más que una mala caricatura del comunismo del siglo pasado.
Después de la firma de los acuerdos de paz nosotros le perdonamos al FMLN sus crímenes y su destrucción, pero ellos nunca se arrepintieron.
Debemos derrotar al FMLN, es decir al Partido Comunista, que representa la amenaza chavista. La verdad del FMLN no está en los anuncios mentirosos de su candidato. La verdad está en la cabeza, el corazón y el alma de los dirigentes comunistas del FMLN. Nunca se han arrepentido de los crímenes cometidos, nunca han renunciado a la violencia, nunca han renunciado a sus alianzas con grupos terroristas como las sangrientas FARC de Colombia.
Y derrotar esa amenaza ya no es una tarea únicamente de ARENA. Se trata de un reto que debemos superar todos los salvadoreños que amamos la libertad, que no queremos que nuestro querido El Salvador sea un peón más del delirio totalitario de Hugo Chávez.
Esta es una tarea que nos une a todos: a los que creemos en Dios, en la familia, en el trabajo, a los que no queremos que nuestros hijos nos sean arrebatados para ser entregados al estado.
Esta es una tarea a la que se han sumado el Partido de Conciliación Nacional, el Partido Demócrata Cristianos, la izquierda democrática, los que no son miembros de ningún partido, los católicos y los cristianos evangélicos.
El próximo domingo 15 de marzo, más que votar por un partido político, vamos a ir a defender a nuestra patria, vamos a ir a defender nuestros valores: Dios, Patria, Familia, Trabajo y Libertad.
En este momento histórico la bandera de ARENA es la bandera de la unidad nacional, de la Gran Alianza por la Libertad, Es la bandera que mantendrá limpia y libre a la bandera azul y blanco de la patria. No estamos pidiendo que se afilien a nuestro partido, sino que voten pensando en sus hijos, en el futuro y sobre todo en El Salvador.
Este es la nueva gesta histórica que nos demanda la Patria. Esta es la nueva lucha que nos demanda que nos unamos todos para decir Patria si Comunismo No. Es el momento de la Unidad Nacional.
Hermanos salvadoreños, este día les pregunto ¿Vamos a permitir que venga Hugo Chávez a insultarnos acá en El Salvador?
¿Vamos a permitir que El Salvador sea parte del dominio chavista?
¿Queremos más y mejores empleos?
¿Queremos ver a nuestras familias y a nuestros hijos viviendo en paz, progreso y libertad?
Entonces este próximo 15 de marzo, vamos todos, muy temprano a votar por con Sabiduría. A Votar por ARENA.
¿Por qué? Digámoslo todos juntos
Porque primero El Salvador, segundo El Salvador y Tercero El Salvador.
Por la victoria el próximo Domingo… Vamos con todo.
Vamos a Triunfar
Viva el Pueblo Salvadoreño
En 1821, un grupo de patriotas comprendió que había llegado la hora de conquistar nuestra independencia. Que debíamos convertirnos en una República libre, soberana e independiente. Ellos encendieron la chispa de la libertad y ésta se propagó por todo el pueblo. Aquellos próceres apoyados por el pueblo rompieron con el colonialismo y fundaron los cimientos de la República de El Salvador.
En 1932, los comunistas se lanzaron armados sobre varios municipios en el occidente del país, donde cometieron crímenes, violaciones y saqueos. Ellos pretendían convertir a nuestra patria en el primer estado comunista de América. Fueron derrotados.
Pero los rojos nunca han renunciado al objetivo de hacer de nuestra patria, un estado comunista. Nunca. A principios de los ochenta comenzaron otra agresión. Esta vez más sangrienta, más despiadada. Y Otra vez asesinaron, secuestraron, botaron nuestros puentes, incendiaron fábricas y haciendas, ametrallaron vacas, destruyeron nuestra red eléctrica, provocaron lágrimas y dolor en nuestras familias.
Y fue en esos duros años cuando nació, como una luz de esperanza, Alianza Republicana Nacionalista, ARENA.
Y otra vez, como en 1821, un grupo de patriotas encendió la chispa de la libertad. La chispa que contagió a miles de salvadoreños con el ardiente deseo de paz, progreso y libertad. De salvadoreños que dijeron a una sola voz: Patria Si, Comunismo No.
En aquellos duros años a los que gritaban en las montañas consignas de odio y de muerte, les respondimos afirmando que el voto es el arma de los hombres libres. A los que le apostaron a la agresión armada les respondimos luchando de manera cívica. Muchos de nuestros hermanos fueron asesinados en la lucha por la libertad.
Cuando por primera vez ARENA, por voluntad de la inmensa mayoría de salvadoreños, llegó al gobierno, no lo hizo para tomar venganza, no lo hizo para continuar la guerra.
Nosotros no somos guerreristas. ARENA llegó al gobierno para conquistar la paz, para reconciliar a la sociedad, para perdonar, para abrirle la puerta de la lucha civilizada y pacífica a aquellos que se aferraban a la montaña y al fusil.
El primer gobierno arenero, recibió un país en guerra, destruido, desmoralizado, dividido, en ruina económica, aislado del mundo. Pero en 1991, en otra gran gesta histórica, los salvadoreños conquistamos la paz.
Los gobiernos de ARENA reconstruyeron aquel país destruido, lo levantaron de las cenizas, le curaron las heridas, lo pintaron, lo pusieron bonito, lo volvieron líder en la región, y le inyectaron sentido social y humano al ejercicio del poder.
Los 20 años de ARENA han sido el período más largo de estabilidad política y económica en la historia de nuestra patria. Los gobiernos de ARENA han cambiado a El Salvador.
La pobreza ha disminuido, la clase media ha crecido, tenemos las mejores carreteras de Centroamérica, el mejor aeropuerto y los mejores puertos marítimos. Tenemos una de las economías más estables y sólidas de la América Latina.
Somos uno de los países mejor preparados para enfrentar la crisis económica que amenaza al mundo entero.
Pero no vivimos en un paraíso. Hay muchos problemas que resolver. Para mí es inaceptable que todavía haya familias viviendo en champas, que todavía haya familias sin acceso a la energía eléctrica y al agua potable, que todavía haya salvadoreños adultos que no saben leer.
Me propongo, por ello, comenzar desde el primer día de mi gobierno ha trabajar para mejorar la vida de todos los salvadoreños, especialmente de los más necesitados.
Desde el primer día de gobierno trabajaré para llevar la Red Solidaria a 180 municipios y atender las necesidades más urgentes de los que menos tienen.
Vamos a llevar los servicios de salud hasta el último rincón del país. Ampliaremos FOSALUD y voy a impulsar la ley de medicamentos genéricos para bajar los costos de las medicinas.
Construiremos nuevos distritos de riego en todo el país y fortaleceremos el programas agrícola Semilla Mejorada para beneficiar a los agricultores.
Vamos a construir miles de casas para las familias que aún viven en humildes champitas.
Abriremos centros de atención infantil para que los niños estén bien cuidados y sus padres puedan trabajar tranquilos.
Generaremos oportunidades para los jóvenes con becas y con el programa mi Primer Empleo.
En una alianza con el sector privado vamos a generar miles de puestos de trabajo, porque estoy convencido que la generación de empleos es la mejor política social. Estas son medidas urgentes que comenzaremos a desarrollar desde el primer día de gobierno.
La seguridad pública y ciudadana será una enorme prioridad en mi gobierno, pues soy un convencido que la seguridad es indispensable para alcanzar el desarrollo.
Pero para que todo esto sea realidad, los salvadoreños tenemos que superar otro gran reto en nuestra historia. Y lo haremos así como ocurrió en 1821, en 1932, en 1980 y en 1991. Debemos derrotar en las urnas a los que quieren llevarnos por el camino del tristemente célebre socialismo del siglo XXI, que no es otra cosa más que una mala caricatura del comunismo del siglo pasado.
Después de la firma de los acuerdos de paz nosotros le perdonamos al FMLN sus crímenes y su destrucción, pero ellos nunca se arrepintieron.
Debemos derrotar al FMLN, es decir al Partido Comunista, que representa la amenaza chavista. La verdad del FMLN no está en los anuncios mentirosos de su candidato. La verdad está en la cabeza, el corazón y el alma de los dirigentes comunistas del FMLN. Nunca se han arrepentido de los crímenes cometidos, nunca han renunciado a la violencia, nunca han renunciado a sus alianzas con grupos terroristas como las sangrientas FARC de Colombia.
Y derrotar esa amenaza ya no es una tarea únicamente de ARENA. Se trata de un reto que debemos superar todos los salvadoreños que amamos la libertad, que no queremos que nuestro querido El Salvador sea un peón más del delirio totalitario de Hugo Chávez.
Esta es una tarea que nos une a todos: a los que creemos en Dios, en la familia, en el trabajo, a los que no queremos que nuestros hijos nos sean arrebatados para ser entregados al estado.
Esta es una tarea a la que se han sumado el Partido de Conciliación Nacional, el Partido Demócrata Cristianos, la izquierda democrática, los que no son miembros de ningún partido, los católicos y los cristianos evangélicos.
El próximo domingo 15 de marzo, más que votar por un partido político, vamos a ir a defender a nuestra patria, vamos a ir a defender nuestros valores: Dios, Patria, Familia, Trabajo y Libertad.
En este momento histórico la bandera de ARENA es la bandera de la unidad nacional, de la Gran Alianza por la Libertad, Es la bandera que mantendrá limpia y libre a la bandera azul y blanco de la patria. No estamos pidiendo que se afilien a nuestro partido, sino que voten pensando en sus hijos, en el futuro y sobre todo en El Salvador.
Este es la nueva gesta histórica que nos demanda la Patria. Esta es la nueva lucha que nos demanda que nos unamos todos para decir Patria si Comunismo No. Es el momento de la Unidad Nacional.
Hermanos salvadoreños, este día les pregunto ¿Vamos a permitir que venga Hugo Chávez a insultarnos acá en El Salvador?
¿Vamos a permitir que El Salvador sea parte del dominio chavista?
¿Queremos más y mejores empleos?
¿Queremos ver a nuestras familias y a nuestros hijos viviendo en paz, progreso y libertad?
Entonces este próximo 15 de marzo, vamos todos, muy temprano a votar por con Sabiduría. A Votar por ARENA.
¿Por qué? Digámoslo todos juntos
Porque primero El Salvador, segundo El Salvador y Tercero El Salvador.
Por la victoria el próximo Domingo… Vamos con todo.
Vamos a Triunfar
Viva el Pueblo Salvadoreño
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